La Enfermedad de Parkinson
Con este pequeño
artículo, me gustaría aportar mi granito de arena en la celebración
del Día Mundial de la Enfermedad Parkinson el 11 de abril. Es una
enfermedad degenerativa del sistema nerviso. Afecta a las zonas del
cerebro encargadas del control y coordinación del movimiento y tono
muscular y de la postura, se destruyen las neuronas encargadas de
fabricar la dopamina. Es una enfermedad crónica. Según van pasando
los años se agrava. Repercute principalmente a personas mayores pero
se dan casos de personas jóvenes. El 10% de las personas afectadas
empiezan a tener síntomas a los 40años. En España se calcula que
hay unas 100.000 personas que la padecen. Supone junto al Alzheimer
las enfermedades neurogenarativas que más afectan a las personas
mayores.
Está caracterizada por
temblor el cual es máximo durante el reposo, tendencia a caerse
hacia atrás, rigidez, postura estática, lentitud de los movimientos
voluntarios, y expresión facial en máscara. La describió por
primera vez James Parkinson, en 1817.
La causa de la aparición
de esta enfermedad es aún desconocida, y se supone que existen
diferentes factores que se encuentran relacionados con su aparición
como por ejemplo: factores genéticos, edad, alimentación
inadecuada, tabaco y otras drogodependencias, enfermedades
infecciosas y enfermedades que interactúan en el cerebro.
La enfermedad de
Parkinson pasa por distintos niveles o estadios, que se caracterizan
por un progresivo empeoramiento:
1) Etapa Leve: en este
estadio se muestra una ligera perdida del movimiento espontáneo y
automático, aparece una ligera rigidez muscular y un leve temblor.
La persona realiza sin ayuda todas las actividades vida diaria aunque
le cuesta realizar algunas actividades como cortar filetes duros,
abotonarse el botón de la camisa, levantarse de un sillón. Sigue
llevando a cabo sus obligaciones laborales y sociales.
2) Etapa Moderada: la
progresión comienza a impedir que el enfermo lleve a cabo su
actividad sociolaboral y familiar normal. Le puede costar mucho
trabajo ciertas actividades de la vida diaria para las que ya precisa
ocasionalmente ayuda: abotonarse, introducir el brazo en la manga en
la chaqueta, entrar y salir de la bañera, afeitarse, cortar carne,
levantarse de la cama y de un sillón bajo, por ejemplo. La rigidez,
la lentitud de los movimientos e inexpresividad de la cara, el
temblor puede ser manifiesto, camina arrastrando la pierna, no
bracea, el codo se coloca en flexión y la mano comienza a adoptar
una postura en tienda de campaña. Los reflejos posturales están
todavía conservados y no hay episodios de congelación de la marcha.
3) Enfermedad avanzada.
Es normal que después de varios años de tratamiento, vuelvan a
empeorar. Las complicaciones más importantes a largo plazo son las
alteraciones motoras y las alteraciones del comportamiento. Se
alternan estados de bienestar donde apenas aparecen síntomas de la
enfermedad con estados de malestar donde se produce un aumento de los
sintomas. Las fluctuaciones son continuas. Con el paso de los años
aparece una perdida de eficacia de la medicación y nos encontramos
con una etapa más grave.
Junto a los efectos
eminentementes físicos genera toda una gama de efectos psicológicos
que actúan en cada persona de forma desigual como por ejemplo:
depresión, ansiedad, síntomas psicóticos, disfunciones sexuales,
transtornos del sueño, problemas emocionales.
El tratamiento está
deteminado por la edad, la gravedad del transtorno, su tolerancia a
ciertos medicamentos y por las expectativas sobre su evolución.
Actúa sobre los sintomas pero no sobre el origen. Hasta el momento
la ciencia médica no ha conseguido dar con un método definitivo que
cure la enfermedad, aunque cierto es que por medio del tratamiento
farmacológico, e incluso quirúrgico, se pueden paliar algunos de
los síntomas más molestos. Por otra parte, además de los cuidados
médicos, la persona afectada por la enfermedad tambien requiere
otra serie de cuidados que le ayuden a desarrollar las actividades de
la vida diaria con la mayor normalidad posible, mejorando la calidad
de vida. Según avanza la enfermedad la persona que la padece
necesita de mayores cuidados por parte de los cuidadores, por lo que
su entrega repercute en su vida diaria e incluso en su estado de
salud. Es cada vez mayor el tiempo que necesita de atención y las
atenciones son de mayor intensidad. Pueden sufrir malestar
psicológico, tristeza, depresión, falta de energía, especialmente
en los estados más avanzados de la enfermedad.
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