Reedición del artículo publicado en el periódico de la Voz de la Experiencia Villamalea en el mes de abril y mayo 2012
La Enfermedad de Parkinson
Con este pequeño artículo, me gustaría aportar mi granito de arena en la celebración del Día Mundial de la Enfermedad Parkinson el 11 de abril. Es una enfermedad degenerativa del sistema nerviso. Afecta a las zonas del cerebro encargadas del control y coordinación del movimiento y tono muscular y de la postura, se destruyen las neuronas encargadas de fabricar la dopamina. Es una enfermedad crónica. Según van pasando los años se agrava. Repercute principalmente a personas mayores pero se dan casos de personas jóvenes. El 10% de las personas afectadas empiezan a tener síntomas a los 40años. En España se calcula que hay unas 100.000 personas que la padecen. Supone junto al Alzheimer las enfermedades neurogenarativas que más afectan a las personas mayores.
Está caracterizada por temblor el cual es máximo durante el reposo, tendencia a caerse hacia atrás, rigidez, postura estática, lentitud de los movimientos voluntarios, y expresión facial en máscara. La describió por primera vez James Parkinson, en 1817.
La causa de la aparición de esta enfermedad es aún desconocida, y se supone que existen diferentes factores que se encuentran relacionados con su aparición como por ejemplo: factores genéticos, edad, alimentación inadecuada, tabaco y otras drogodependencias, enfermedades infecciosas y enfermedades que interactúan en el cerebro.
La enfermedad de Parkinson pasa por distintos niveles o estadios, que se caracterizan por un progresivo empeoramiento:
1) Etapa Leve: en este estadio se muestra una ligera perdida del movimiento espontáneo y automático, aparece una ligera rigidez muscular y un leve temblor. La persona realiza sin ayuda todas las actividades vida diaria aunque le cuesta realizar algunas actividades como cortar filetes duros, abotonarse el botón de la camisa, levantarse de un sillón. Sigue llevando a cabo sus obligaciones laborales y sociales.
2) Etapa Moderada: la progresión comienza a impedir que el enfermo lleve a cabo su actividad sociolaboral y familiar normal. Le puede costar mucho trabajo ciertas actividades de la vida diaria para las que ya precisa ocasionalmente ayuda: abotonarse, introducir el brazo en la manga en la chaqueta, entrar y salir de la bañera, afeitarse, cortar carne, levantarse de la cama y de un sillón bajo, por ejemplo. La rigidez, la lentitud de los movimientos e inexpresividad de la cara, el temblor puede ser manifiesto, camina arrastrando la pierna, no bracea, el codo se coloca en flexión y la mano comienza a adoptar una postura en tienda de campaña. Los reflejos posturales están todavía conservados y no hay episodios de congelación de la marcha.
3) Enfermedad avanzada. Es normal que después de varios años de tratamiento, vuelvan a empeorar. Las complicaciones más importantes a largo plazo son las alteraciones motoras y las alteraciones del comportamiento. Se alternan estados de bienestar donde apenas aparecen síntomas de la enfermedad con estados de malestar donde se produce un aumento de los sintomas. Las fluctuaciones son continuas. Con el paso de los años aparece una perdida de eficacia de la medicación y nos encontramos con una etapa más grave.
Junto a los efectos eminentementes físicos genera toda una gama de efectos psicológicos que actúan en cada persona de forma desigual como por ejemplo: depresión, ansiedad, síntomas psicóticos, disfunciones sexuales, transtornos del sueño, problemas emocionales.
El tratamiento está deteminado por la edad, la gravedad del transtorno, su tolerancia a ciertos medicamentos y por las expectativas sobre su evolución. Actúa sobre los sintomas pero no sobre el origen. Hasta el momento la ciencia médica no ha conseguido dar con un método definitivo que cure la enfermedad, aunque cierto es que por medio del tratamiento farmacológico, e incluso quirúrgico, se pueden paliar algunos de los síntomas más molestos. Por otra parte, además de los cuidados médicos, la persona afectada por la enfermedad tambien requiere otra serie de cuidados que le ayuden a desarrollar las actividades de la vida diaria con la mayor normalidad posible, mejorando la calidad de vida. Según avanza la enfermedad la persona que la padece necesita de mayores cuidados por parte de los cuidadores, por lo que su entrega repercute en su vida diaria e incluso en su estado de salud. Es cada vez mayor el tiempo que necesita de atención y las atenciones son de mayor intensidad. Pueden sufrir malestar psicológico, tristeza, depresión, falta de energía, especialmente en los estados más avanzados de la enfermedad.
Luis Navalón García
Dir.Servicio de Estancias Diurnas Villamalea
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